Nuevas historias.

Mil historias sé, porque me han contado. Dos mil historias he vivido, porque me he atrevido, Tres mil historias por escribir, porque  alguien que vale la pena ha llegado. Así como se escribe un destino con letras de valor y sueños, también se escriben historias con letras que duelen y otras que alegran. Y así como toda historia termina, sólo hace falta ganas para reescribir o comenzar una, o muchas otras.